
En agosto del 2005, el “primer celular argentino” se lanzó durante un acto de gobierno con que otorgaron casi 1 millón de pesos al proyecto en el que una firma preveía fabricar los teléfonos a un costo de 100 pesos (unos 33 dólares), competitivo para equipos de gama baja, e incluso se dijo que, a instancias del gobierno, las operadoras se habían comprometido a firmar órdenes de compra. “Vamos a tener un celular 70 por ciento argentino, pero lo más importante es que va a ser el celular más barato del mundo”, ese era el gran anuncio.
Todo eso quedó en la nada y el dinero ya no está, según información del diario Perfil, el titular de la firma aduce que todo el dinero se usó para desarrollar un único prototipo del primer celular argentino y que “el proyecto costó eso y más, nosotros tuvimos que poner dinero de nuestra empresa“, “lamentablemente las prestadoras no se mostraron interesadas y entonces el proyecto quedó en la nada” y que “ahora el aparato es obsoleto, porque es de baja gama“. De este modo la empresa dio por cumplida su parte del acuerdo, y el Gobierno también, ya que nunca le exigió a la compañía garantías de factibilidad de inserción en el mercado.
Lamentamos enormemente que la historia del primer celular argentino haya terminado así y que no se hayan previsto un poco más algunas de las variables que hacen que un proyecto así sea viable, y que sólo se haya gastado el dinero en un simple prototipo similar al Nokia 1100.
Seguramente al Vergatario, el primer teléfono móvil fabricado integramente en Venezuela y que tendrá MP3, radio FM y una cámara de fotos, a un precio de 30 bolivares fuertes, el equivalente a 13,95 dólares, lo previeron de otra forma, se calcula en 19 millones de dólares la inversión que hicieron para lanzarlo.
Via: celularis