Es cierto que es casi inevitable que todo nuevo smartphone que salga al mercado y que no tenga teclado sea bautizado (con mayor o menor razón) como el iPhone killer, y es que el éxito del móvil de Apple es tal que no hay fabricante que no intente acercarse a esta suculenta porción del mercado, aunque por otro lado, ninguno lo reconozca abiertamente. Muchos lo han intentado y lo siguen haciendo, pero posiblemente sea el fabricante canadiense RIM quien deba inquietar y bastante a la divinizada marca de la manzana.
Lo cierto es que la situación no deja de tener un punto divertido: por un lado Apple, habiendo arrasado en la venta de iPhones entre los particulares, ha entendido que la forma que crecer era captar el usuario corporativo o profesional, vulgo, los dominios de BlackBerry. Los canadienses por su parte, han observado que los usuarios -profesionales o no- demandan móviles con capacidades multimedia y más orientados al ocio, es decir, terreno innegable del móvil de los de Cupertino. Aunque en Europa no ha tenido tanto impacto, el mordisco del iPhone ha hecho mella en el mercado norteamericano, donde BlackBerry se ha visto relegada a una segunda posición en la venta de teléfonos inteligentes en el tercer trimestre del año.
Y en medio de esta encarnizada batalla llega la Storm RIM no podía haber escogido un nombre más apropiado -"tormenta" a animar aún más el mercado. El terminal sin embargo, ha tenido una controvertida entrada en escena, provocada en gran medida por un sistema operativo bastante fallón en su inicio, pero que ha sido rectificado a tiempo por los canadienses mediante actualizaciones de firmware. La crítica más amarga, sin embrago, vino de la mano del columnista del New York Times David Pogue, en la que -poco acorde con su estilo- ridiculizó al terminal llegando a afirmar que no estaba listo para ser comercializado. Y nada más lejos de la realidad.
Superior en casi todo
Técnicamente la BlackBerry supera prácticamente en todos los terrenos al iPhone y especialmente en aquellos puntos que más críticas ha recibido el móvil de Apple. La Storm puede copiar y pegar, cuenta con una pantalla que requiere una ligera presión (además del tacto) que hace que la escritura sea más precisa, es multitarea, permite la grabación de vídeo, dispone de una batería muy superior a la del iPhone, cuenta con una cámara de mayor resolución (con autofocus y estabilizador de imagen), y su pantalla gira con cualquier programa al activarse el acelerómetro.
Siendo una BlackBerry, la gestión del correo es tremendamente eficaz -push, por supuesto, con lo que nos llega en tiempo real- y dispone de una tarifa plana 3G totalmente ilimitada y no restringida en velocidad como la del iPhone de Movistar. Con el terminal de RIM podremos adjuntar documentos sin problemas en los correos y se permite la sustitución de la batería en el caso de avería o desgaste y pese a que no disponga de WiFi ¿realmente es tan necesario teniendo una conexión permanente, ilimitada y a alta velocidad?
El iPhone gana en lo decisivo
Pese a todo lo expuesto, el iPhone sigue considerándose superior por el común de los mortales y posiblemente así seguirá refrendado en las ventas puesto que RIM, al igual que otros muchos fabricantes, se enfrenta a un enemigo muy superior en un aspecto, hasta podríamos decir que imbatible: el iPhone es un Apple. Llevar un iPhone en el bolsillo impregna a su propietario con un aire cool y hasta casi irreverente que se hace irresistible al público en general. No hay que olvidar que hubo gente durmiendo al raso durante varios días por conseguirlo y eso cuenta de alguna manera.
Pero es que además, Apple ha sabido simplificar su funcionamiento al máximo de forma que pueda usarse el terminal desde el momento en el que se saca de la caja, mientras que la curva de aprendizaje de la Storm es mucho más tortuosa y requiere hábito y sobre todo, dedicación. Los de Cupertino han puesto además a disposición de los usuarios del iPhone una tienda con cantidades ingentes de software a muy buen precio (e incluso gratuitos) con los que enredar y salsear, algo que pocos usuarios reconocerán, pero que gusta a todo el mundo.
En definitiva, BlackBerry ha sabido ganar la partida en el apartado técnico, pero parece claro que este argumento per se no es suficiente para derrotar a la gallina de los huevos de oro de Apple. Pese a que ambos equipos tienen un poco de todo, la pelota está en el tejado del usuario: practicidad, eficacia y productividad, frente a ocio, diversión y sobre todo "efecto Apple". O sea, cabeza frente a corazón.
Via: elconfidencial
Y en medio de esta encarnizada batalla llega la Storm RIM no podía haber escogido un nombre más apropiado -"tormenta" a animar aún más el mercado. El terminal sin embargo, ha tenido una controvertida entrada en escena, provocada en gran medida por un sistema operativo bastante fallón en su inicio, pero que ha sido rectificado a tiempo por los canadienses mediante actualizaciones de firmware. La crítica más amarga, sin embrago, vino de la mano del columnista del New York Times David Pogue, en la que -poco acorde con su estilo- ridiculizó al terminal llegando a afirmar que no estaba listo para ser comercializado. Y nada más lejos de la realidad.
Superior en casi todo
Técnicamente la BlackBerry supera prácticamente en todos los terrenos al iPhone y especialmente en aquellos puntos que más críticas ha recibido el móvil de Apple. La Storm puede copiar y pegar, cuenta con una pantalla que requiere una ligera presión (además del tacto) que hace que la escritura sea más precisa, es multitarea, permite la grabación de vídeo, dispone de una batería muy superior a la del iPhone, cuenta con una cámara de mayor resolución (con autofocus y estabilizador de imagen), y su pantalla gira con cualquier programa al activarse el acelerómetro.
Siendo una BlackBerry, la gestión del correo es tremendamente eficaz -push, por supuesto, con lo que nos llega en tiempo real- y dispone de una tarifa plana 3G totalmente ilimitada y no restringida en velocidad como la del iPhone de Movistar. Con el terminal de RIM podremos adjuntar documentos sin problemas en los correos y se permite la sustitución de la batería en el caso de avería o desgaste y pese a que no disponga de WiFi ¿realmente es tan necesario teniendo una conexión permanente, ilimitada y a alta velocidad?
El iPhone gana en lo decisivo
Pese a todo lo expuesto, el iPhone sigue considerándose superior por el común de los mortales y posiblemente así seguirá refrendado en las ventas puesto que RIM, al igual que otros muchos fabricantes, se enfrenta a un enemigo muy superior en un aspecto, hasta podríamos decir que imbatible: el iPhone es un Apple. Llevar un iPhone en el bolsillo impregna a su propietario con un aire cool y hasta casi irreverente que se hace irresistible al público en general. No hay que olvidar que hubo gente durmiendo al raso durante varios días por conseguirlo y eso cuenta de alguna manera.
Pero es que además, Apple ha sabido simplificar su funcionamiento al máximo de forma que pueda usarse el terminal desde el momento en el que se saca de la caja, mientras que la curva de aprendizaje de la Storm es mucho más tortuosa y requiere hábito y sobre todo, dedicación. Los de Cupertino han puesto además a disposición de los usuarios del iPhone una tienda con cantidades ingentes de software a muy buen precio (e incluso gratuitos) con los que enredar y salsear, algo que pocos usuarios reconocerán, pero que gusta a todo el mundo.
En definitiva, BlackBerry ha sabido ganar la partida en el apartado técnico, pero parece claro que este argumento per se no es suficiente para derrotar a la gallina de los huevos de oro de Apple. Pese a que ambos equipos tienen un poco de todo, la pelota está en el tejado del usuario: practicidad, eficacia y productividad, frente a ocio, diversión y sobre todo "efecto Apple". O sea, cabeza frente a corazón.
Via: elconfidencial